Abre narco mexicano “franquicias” en EU

Lugartenientes enrolan a mujeres y pandilleros para sus actividades


IMPACTO. Un policía del equipo especial contra
 bandas delictivas en San Diego muestra
algunas armas que han sido incautadas a los delincuentes


Los cárteles del narcotráfico de México han rentado oficinas y departamentos en Estados Unidos bajo un esquema de franquicias, con el propósito de coordinar operaciones de tráfico de estupefacientes, secuestros y extorsiones en territorio de ambos países, además de reclutar a adolescentes estadounidenses como sus nuevos cuadros y así pasar inadvertidos.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de la Unión Americana, tras ubicar en San Diego, California, un inmueble que fue rentado por el cártel de los Arellano Félix y que funcionó como oficina principal de operaciones de una red mayor, la Agencia Antidrogas (DEA, por su siglas en inglés) mantiene abiertas investigaciones de inmuebles sospechosos de operar como sucursales del narco mexicano.
La mayoría de esas oficinas que trabajan como una red de operaciones están en San Diego, Los Ángeles, Atlanta, Phoenix, Houston, Nueva York, Seattle, Dallas, Tucson, Chicago, Florida y Nueva Jersey, entre otros sitios.
De acuerdo con los reportes, criminales mexicanos enviaron y continúan enviando a lugartenientes a vivir a ciudades estratégicas, donde coordinan las rutas de tráfico y la parte logística de distribución ayudados por “gerentes”.
Adicionalmente, refiere el Departamento de Justicia, los lugartenientes coordinan secuestros y extorsiones que ejecutan contra ciudadanos mexicanos y estadounidenses en ambos lados de la frontera, y en otros casos también contra ilegales centroamericanos.
“Mulas” y secuestradores
Agrega que han dado un giro a sus operaciones reclutando a mujeres adolescentes, quienes son usadas como mulas para cruzar droga de México hacia Estados Unidos, y en otros casos como gancho para ejecutar secuestros.
La investigación establece que además de las mujeres, la mayoría sin antecedentes penales, los cárteles mexicanos reclutan en sus oficinas de EU a miembros de pandillas latinas.
Todd Robinson, asistente del Procurador de Justicia, dijo que los Arellano Félix utilizan las oficinas en San Diego como si fueran franquicias y tienen viviendo ahí a sus lugartenientes, quienes controlan las mejores rutas de narcotráfico en territorio de Estados Unidos, además de ordenar plagios y extorsiones que se ejecutan en México.
Robinson presentará a nombre del gobierno estadounidense el caso contra narcos mexicanos en la corte a principios de 2011, y en especial contra 43 personas detenidas en julio pasado.
Entre la evidencia que ofrecerá se encuentran más de 50 mil grabaciones de vigilancia fija, testigos y otros reportes de seguimiento contra los 43 miembros del cártel de los Arellano Félix y funcionarios mexicanos involucrados con el tráfico de droga que fueron arrestados en julio pasado tras seis meses de seguimiento en la operación que se denominó “Luz Verde”.
Detallan modo de operar
En la averiguación previa federal por crimen organizado de 86 páginas que presentó el gobierno estadounidense contra los 43 detenidos se indica que la mayoría de los pandilleros que operaban en la oficina de los Arellano Félix en San Diego son latinos, algunos ilegales y otros ciudadanos estadounidenses.
La investigación encontró que las 43 personas operaban grupos de narcotráfico, tenían casas de seguridad, distribuían mariguana y metanfetaminas, traficaban armas, lavaban dinero, cometían robos, cobraban deudas por narcotráfico y cuando no les pagaban los secuestraban o ejecutaban tanto del lado de México como del de EU.
Filtraban información
Durante la indagatoria, los agentes estadounidenses encontraron que Jesús Quiñones Márquez, quien operaba como enlace internacional de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, trabajaba para los Arellano Félix, a quienes les filtraba información.
Quiñones Márquez fue detenido en la Unión Americana por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en julio pasado, bajo cargos penales federales.
De hecho, es la primera ocasión en que el Departamento de Justicia utiliza las torres de comunicación del lado estadounidense para captar y dar seguimiento a las comunicaciones de celulares y radio que utilizan los cárteles mexicanos en la zona de la frontera y con ello se logró conocer de qué forma se están expandiendo físicamente hacia Estados Unidos.