Blog Del Narco Notirex: El narco en Nicaragua afecta seguridad interna

La cúpula policial nicaragüense admitió que 17 bandas organizadas respaldan a las ''narcomafias'' mexicanas. EFE


MANAGUA, NICARAGUA (18/DIC/2011).- Cuando la diputada oficialista nicaragüense Raquel Dixon Brautigam escuchó que se le preguntaba sobre la penetración del narcotráfico internacional en el Caribe de Nicaragua —de donde es oriunda— y de las crecientes amenazas del crimen organizado a la seguridad interna, dejó de sonreír, cambió de semblante, se mostró incómoda e inquieta y soltó una respuesta lacónica: “Yo no hablo de eso”.


La legisladora, una enfermera que representa a la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) y del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), se dio media vuelta y se perdió por el recinto parlamentario, en Managua, en un silencio que refleja el temor a hablar de la incursión en Nicaragua de “narcomafias” mexicanas y colombianas.


“Estamos frente al nacimiento de un crimen organizado autóctono, para dar apoyo a las células mexicanas y colombianas”, advirtió Roberto Orozco, experto en seguridad democrática del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas de Nicaragua (no estatal), tras insistir en que el fenómeno se registra en los litorales nicaragüenses, con una longitud de 305 kilómetros en el Pacífico y de 450 kilómetros en el Caribe, y zonas aledañas o paralelas.


Orozco reveló que ocho fuertes grupos de narcotraficantes, en especial ligados a colombianos, operan en la costa caribeña nicaragüense, mientras que las mafias mexicanas están desplegadas en Managua y Rivas, ubicadas en el sector del Pacífico de Nicaragua. La cúpula policial nicaragüense admitió este año que 17 bandas organizadas respaldan a las “narcomafias” en el Pacífico de Nicaragua.


“Las operaciones a gran escala de los narcotraficantes internacionales han dejado una semilla en Nicaragua. La semilla ha germinado y hay pequeños brotes que ganan cada vez más fuerza”. La crisis llevó al Ejército de Nicaragua a lanzar una advertencia.


“La costa (del) Caribe no será el santuario del crimen organizado ni la plaza del tráfico internacional, y no daremos treguas a quienes amenazan e invaden nuestras fronteras marítimas en el mar Caribe”, afirmó el contraalmirante Roger González Díaz, jefe del Distrito Naval del Atlántico del Ejército de Nicaragua, en una ceremonia de ascensos castrenses.


Posiciones cruciales


Aunque la ofensiva criminal se extiende a otras regiones del país, la caribeña tiene la particularidad de que, según fuentes consultadas, es estratégica para los colombianos porque es vulnerable a la oferta de “dinero fácil” al ser de las más pobres de Nicaragua y está lejos de los centros de desarrollo del país, concentrados en el Pacífico.


Otros dos factores inciden en la relevancia en el mapa del narcotráfico: el litoral caribeño nicaragüense está en el corredor de rutas marítimas y aéreas del sur al norte desde la costa caribeña colombiana, y las islas de San Andrés y Providencia y otros cayos, bajo soberanía de Bogotá y puestos cruciales del pasadizo de drogas, están más cerca de Nicaragua que de Colombia.


Como los más importantes puertos del Caribe de Nicaragua, Cabezas, con cuatro grupos, y Bluefields, con otros cuatro, son vitales para el contrabando. Por su color de piel, “los colombianos se mimetizan fácilmente en Bluefields, que también tiene poblaciones negras y mulatos. A los mexicanos allí se les detectaría porque son de otra contextura física. Pero en Rivas sí hay más guatemaltecos y mexicanos que trafican por carretera y por mar”, narró Orozco. Agentes antidrogas de Nicaragua desarticularon en 2007 una célula del cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos de México, que a partir de 2003 y 2004 comenzó a instalar una estructura del narcotráfico en el lado del Pacífico —pistas clandestinas de aviación, fincas, casas y empresas “de maletín”— y capturaron a mexicanos, nicaragüenses y guatemaltecos.

Una vasta operación


Varios fueron repatriados tras purgar parte de la pena en cárceles de esa nación. Un decomiso policial de 729 kilos de cocaína al anochecer del 4 de diciembre anterior en el sureño departamento de Granada, con el arresto de 19 personas en diversos sitios del país, destapó una vasta operación del narcotráfico en el área del Pacífico.


Gran número de personas ligadas a la organización seguía en fuga. Investigaciones policiales mostraron que los contrabandistas introducían la droga por tierra por la Frontera Sur con Costa Rica y la llevaban en lancha a un islote del lago de Nicaragua, para transportarla a Malacatoya, comunidad de Granada colindante con la vía lacustre. Tras quedar almacenada en esa localidad, la droga era reexportada —oculta en autobuses, camiones de carga y otros vehículos—a puntos ciegos del norteño límite de Nicaragua con Honduras y de allí pasaba a Guatemala, México y Estados Unidos.


FICHA TÉCNICA
Decomisos y violencia


De enero de 2000 a diciembre 2010, Nicaragua decomisó 68.8 toneladas de cocaína, según datos oficiales.


Las incautaciones anuales sumaron 8.1 toneladas en 2009 y 10.4 en 2010. De enero al 15 de diciembre de 2011 las incautaciones alcanzaron las 6.9 toneladas.


La penetración del narcotráfico internacional en Nicaragua elevó los índices de criminalidad. La tasa de homicidios, incomparable con los porcentajes de Honduras, El Salvador o Guatemala, es de 13 por cada 100 mil habitantes.

Managua
El “blanqueo” de dinero,  sin control


MANAGUA.-
Inexpugnables murallas de más de cinco metros de alto protegen a lujosas mansiones valuadas en millones de dólares y edificadas en los últimos años en exclusivos barrios de las afueras de Managua. Son los llamados “mega-residenciales” de la capital y su sombra de enigma por el riesgo de blanqueo de dinero.


“El sistema financiero de Nicaragua es el más pequeño de Centroamérica y la banca privada tiene cuatro mil 500 millones de dólares en depósitos y activos. Una operación fuerte se sentiría de inmediato y sería detectada”, aseguró Roberto Orozco, experto en seguridad democrática del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas de Nicaragua.


La Policía informó que la red desbaratada a inicios de este mes invirtió ganancias en bienes muebles e inmuebles, creó sociedades anónimas y compró acciones de empresas hoteleras, hospedajes, fincas agropecuarias y transporte terrestre.


Autoridades nicaragüenses le confiscaron 34 medios de transporte (automóviles, microbuses, autobuses, camiones, camionetas y motocicletas), así como 14 casas, cuatro fincas, ocho hoteles, una tienda comercial y 596 cabezas de ganado.