Día de violencia en Michoacán

Los testimonios a continuación fueron tomados de un foro realizado ayer por EL UNIVERSAL Online

Descripción del panorama: Me levanto temprano y salgo a trabajar, leo el periódico; la nota roja indica que hay guerra en Apatzingán, no le doy mucha importancia, aquí eso es pan de todos los días; sigo mi camino, 11:20, me detengo a comer carnitas en Tingambato y la gente sale corriendo sin pagar cuentas. “Ah, caray”, salgo y veo un enorme incendio en la carretera, ¿Choque, accidente?, no hay respuestas. Intento llegar a Uruapan, y en el cruce a San Ángel Zurumucapio, veo dos camiones recién apagados y las secuelas de lo que parece ser una guerra. 

Ahora estoy viendo las noticias en EL UNIVERSAL, escribiendo esta nota, y, casi en estado de shock, me pregunto: ¿cómo hemos podido llegar a esto? Este problema social se da porque los mexicanos lo permitimos y seguimos creyendo que nos va a ir muy bien cuando todo se desmorona a pedazos. Tengo miedo de salir a trabajar mañana.
Aquí la cosa está horrible. Estamos en nuestras casas y las calles están desiertas. Carreteras cerradas. El estado esta paralizado. Fueron tres horas de una balacera horrible, hasta llegue a pensar que estabamos en Irak. ¿Cómo un estado tan hermoso puede estar en esta situación

Son las 3:57 de la tarde en Apatzingán, se siente una tensa calma, los tiroteos han dejado de sonar, los helicópteros ya no están pasando. Las personas empiezan a salir de sus casas con temor, pero con la necesidad de llevar provisiones a sus hogares; las tiendas están siendo saqueadas, literalmente, por. el miedo a que se agoten los alimentos. La mañana fue de pesadilla, con ráfagas por toda la ciudad. Ha sido, definitivamente, la experiencia más amarga de toda mi vida.