Blog Del Narco: Ven a Veracruz como foco rojo por ataques contra civiles

Los recientes hechos violentos, contra la población, como el granadazo, preocupan a las autoridades federales
VERACRUZ.- Los constantes enfrentamientos entre células antagónicas del crimen organizado y los ataques a la población del grupo delictivo Los Zetas para evitar que sean detenidos en Veracruz, han encendido los focos rojos en el gabinete de seguridad federal.
Tres hechos violentos son los que han generado preocupación entre los altos mandos de la Armada de México (Sermar), Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Policía Federal (PF), debido a que las células del crimen organizado están utilizando el mismo modus operandi para evitar que las fuerzas federales los detengan durante los enfrentamientos u operativos.
Los hechos vielentos contra la población se han dado en menos de cinco días del presente mes.
El primer ataque se realizo el 9 de agosto, cuando una granada de fabricación casera explotó en las inmediaciones de la Plaza Central de Tuxpan, ubicada frente al palacio municipal. De este ataque resultaron heridas tres personas.
De acuerdo con los testigos, el artefacto explosivo fue arrojado de un vehículo en marcha. Durante un enfrentamiento en la zona conurbada entre células de Los Zetas contra elementos del Ejército mexicano; el 13 de agosto, los sicarios dispararon contra Irving Hernández, médico del Hospital General de Veracruz, cuando trataban de huir del operativo militar.
Una acción similar se dio el domingo 14 de agosto, cuando una persecución y enfrentamiento entre efectivos militares contra zetas dio como resultado una persona muerta, una mujer y dos menores de edad heridos por la explosión de una granada de fragmentación que arrojó el grupo delincuencial a la población para evitar que fueran detenidos.

Estas agresiones a la población en los últimos días prendieron los focos rojos en el gabinete de seguridad, donde se está buscando aplicar acciones distintas durante la detención de los narcotraficantes, debido a que “Veracruz es el único estado, donde los sicarios han atacado a la población al tratar de evadir las acciones de las fuerzas federales”.
Grupo Imagen Multimedia recogió diversos testimonios de militares, federales e integrantes de la Armada de México, además de taxistas, meseros, franeleros y ciudadanos en el Puerto de Veracruz, quienes por separado aseguran que el cártel de Los Zetas son los dueños del estado.
Para evitar represalias del crimen organizado contra los entrevistados se tomó la decisión de cambiar las identidades y así salvaguardar su integridad física.
Las redes del narco
El poder económico del crimen organizado puede pagar mil pesos diarios a franeleros, taxistas, meseros, boleros y ciudadanos comunes que se pasan horas sentados en las banquetas o bancas del puerto con la única finalidad de informar sobre las actividades de personas que consideren sospechosas.
De acuerdo con las versiones de elementos del Ejército y Armada de México entrevistados por separado en los operativos que realizan en municipios de Veracruz, algunos integrantes de las corporaciones policiacas estatales y municipales dan protección a los grupos del crimen organizado.
Ernesto, militar destacamentado en el Puerto de Veracruz, asegura que las filtraciones del crimen organizado en las corporaciones policiacas evitan que los delincuentes sean detenidos durante los operativos que realizan.
“Aquí uno está para detener a los narcotraficantes, se han ubicado y cuando vamos por ellos, algunos policías del estado les dan el pitazo, hemos captado esas comunicaciones en las propias frecuencias de las unidades; sabemos que aquí los enemigos también están dentro de las corporaciones policiacas”.
Durante un patrullaje del Ejército por la colonia López Mateos en el Puerto de Veracruz; Santos, integrante de un convoy federal, señala una patrulla y asegura que algunas unidades de la policía estatal o municipal sirven de halcones para el grupo delictivo de Los Zetas.
“Ya ves, son los halcones de Los Zetas, esas patrullas se turnan para vigilar nuestros movimientos; pero hasta el momento no podemos detenerlos, porque no hay denuncias contra ellos, pero a eso se dedican, a vigilarnos con el argumento del apoyo del estado para los operativos.
Prueba de lo dicho lo sostienen las detenciones que ha realizado en el estado la Policía Federal, como fue el caso de Albert González Peña o Franco Bueno Peña, alias El Tigre, presunto jefe de plaza en Veracruz de Los Zetas, relacionado con los delitos de privación ilegal de la libertad, narcotráfico y extorsión, quien era protegido por elementos de la policía estatal y municipal de Veracruz.
De acuerdo con los reportes del área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública federal, González Peña o Franco Bueno Peña, era encargado del control del trasiego de droga hacia el norte y centro del país, teniendo como zona de operación el Estado de México y Veracruz.
Este sujeto está relacionado con el delito de extorsión “cobro de piso” a dueños de bares, centros nocturnos y comerciantes ambulantes en Veracruz.
En la colonia Las Ánima, los vecinos conocían las actividades ilícitas del narcotraficante, las cuales fueron denunciadas a las autoridades de la Procuraduría y Seguridad Pública del estado; sin embargo, nunca actuaron debido a que el delincuente tenía protección gubernamental y municipal.
Tras su detención el pasado 25 de junio por elementos de la Policía Federal, se reveló que su modo de operar consistía en elegir como víctimas a personas cercanas a él, mismas que eran privadas de la vida una vez que obtenía el pago que exigía.
Además, a Albert González Peña, de 43 años, se le relaciona con tres secuestros en el Estado de México y el Puerto de Veracruz; además de infiltrar a sus sicarios a las corporaciones policiacas para obtener los reportes de los movimientos de las fuerzas federales.
Los interrogatorios a los delincuentes detenidos por la Policía Federal señalan que en sus listas de pago hay elementos de las tres corporaciones del estado y funcionarios que reciben de mil a cinco mil pesos por dar información sobre los operativos federales.

MÉXICO, D.F.- Los asesinatos de los periodistas Miguel Angel López y Yolanda Ordaz, quienes cubrían la sección policiaca en el diario Notiver de Veracruz, podrían estar ligados a actos de corrupción o incluso, de contubernio con integrantes del cártel de "Los Zetas", asegura un reportaje publicado por el Kansas City Star.
"Escarbando bajo la superficie, y bajo la narrativa de que periodistas luchan por llevar información a sus lectores bajo el fuego de las bandas de la mafia, hay una historia diferente; una en la que la línea entre periodistas, policías, políticos y los jefes del crimen organizado es borrosa. Muchos parecen estar en venta", señala el texto.
De acuerdo con el portal sinembargo.mx, el reportaje del periodista Tim Johnson plantea que hay periodistas, sobre todo en el estado de Veracruz -lugar en el que el cártel de Los Zetas ha afianzado su poder- que ante los salarios pobres que reciben por su trabajo y frente al acoso de los integrantes del crimen organizado, optan por trabajar como informantes.
"Los asesinatos de los dos periodistas [en Veracruz] saca a la luz la parte oculta del periodismo mexicano, donde las editoriales pagan a los periodistas poco, la policía y los políticos corruptos compran habitualmente una mejor cobertura de noticias y los capos de la droga les dicen a los reporteros qué publicar y qué no publicar", señala.
Al diario estadounidense le parece enrarecido el hecho de que Veracruz es un corredor clave para los traficantes de drogas y migrantes, y, sin embargo, la mayor parte de los sucesos que acontecen en la región se mantienen al margen de los titulares de la prensa.
Para los veracruzanos, según el diario, la oferta informativa es poca y está manipulada ya sea por los cárteles de la droga o por políticos corruptos."Los residentes de Veracruz sólo pueden elegir entre un puñado de periódicos. El de mejor venta es Notiver que se distingue por su tono picaresco, sus columnas de chismes políticos, su enfoque sobre el delito y sus valores de producción triste", señala el texto.
El Kansas City Star cita a José Luis Cerdán Díaz, catedrática de la Universidad de Veracruz, quien cuestiona la línea editorial de Notiver, el periódico en el que trabajaban Yolanda Ordaz y Miguel Ángel López antes de ser asesinados por presuntos miembros del narcotráfico. "Notiver es un ejemplo clásico de cómo no hacer periodismo", dijo Cerdán. "Pero sin Notiver no vas a saber lo que estaba pasando en Veracruz",agrega.
"Entre las peculiaridades del periódico es que depende exclusivamente de las ventas de los vendedores ambulantes para su ingreso. Además, no tiene establecido la hora del cierre (...) Rumores y noticias se mezclan fácilmente en sus páginas", detalle el reportaje.
Miguel Ángel López Velasco fue asesinado junto con su esposa y su hijo menor de 24 años, el pasado 20 de junio en su casa ubicada en el puerto de Veracruz. Al domicilio de López llegó un comando armado que disparó a mansalva a los tres integrantes de la familia.
Al respecto, el reportaje de Johnson dice: "[López Velasco] operaba en un entorno en el que la corrupción invadió la política, la aplicación de la ley y las salas de redacción, incluso. El anterior gobernador del estado de Veracruz, Fidel Herrera, tenía un trato implícito, pagaba a los periódicos con generosos contratos de publicidad para ganar un trato favorable", publica. "Él les daba computadoras, coches, viajes y becas", dijo al diario Germán Ortega, ex coordinador del Partido Acción Nacional en el estado de Veracruz.
Como editor y columnista, dice el texto, López siguió siendo una "oreja de confianza para policías y militares".
El asesinato de Yolanda Ordaz, quien también fuera reportera de Notiver y colaboradora de López, confirmó la presunta complicidad de algunos periodistas con el crimen organizado, dice el rotativo.
"Cuando el cuerpo de Yolanda Ordaz (...) fue encontrada detrás de las oficinas de un periódico de la competencia [Imagen de Veracruz](...)En cuestión de horas, el procurador estatal dijo que la decapitación de Ordaz fue un ajuste de cuentas entre bandas del crimen, una evaluación impactante por la velocidad de la conclusión de una oficina con un pobre historial para resolver crímenes", señala el Kansas City Star.
El diario describe cómo después de los asesinatos de Ordaz y de López decenas de periodistas prefirieron huir del puerto "como si el asesinato hubiese sido una alerta", dice el texto.
"Ellos simplemente salieron por su cuenta", dijo al diario Balbina Flores, integrante de Reporteros sin Fronteras."Los dueños de los medios de comunicación no defienden a sus periodistas. Es muy triste. Si hubiera habido más solidaridad, las autoridades no saldrían con la sugerencia de que algunos periodistas son delincuentes".
Para Tim Johnson las hipótesis están ligadas a una serie de curiosas circunstancias, incluyendo algunos videos publicados en YouTube así como una manta encontrada junto con el cuerpo de Ordaz que decía: "Los amigos también traicionan sinceramente, Carranza.."
Las autoridades, según el diario, dicen que el presunto asesino es el ex agente de la policía de tránsito Juan Carlos Carranza, un criminal fugitivo vinculado a Los Zetas.
"Un video publicado en YouTube a mediados de junio contenía lo que se decía que era una grabación de audio de una conversación entre Ordaz y una figura del crimen, la organización ordenaba dar a conocer las críticas de presuntos abusos del ejército. En otro video se afirma que Los Zetas se refieren a la redacción de Notiver como ´Base 40´", señala el rotativo.
El reportaje también cita a César Augusto Vázquez Chávez, un periodista de Veracruz, quien publicó una columna en la que acusó a Ordaz de actuar como el enlace de Los Zetas con los medios de comunicación en Veracruz. De acuerdo con Vázquez, la periodista estuvo presente en un encuentro entre un grupo de reporteros de la sección policiaca y un jefe de los Zetas, Rolando Veytia, en un restaurante.
"Ordaz era la intermediaria, ella daba la línea de lo que se podía publicar y qué no", dijo Augusto en su columna, quién también asegura que los periodistas coludidos con el narco reciben un salario de entre "$665 y $ 1.250 al mes".
El Kansas City Star también expone la teoría de que los asesinatos podrían responder a una venganza perpetrada por el crimen organizado y que Ordaz y López pudieron haber infiltrado información "a la inteligencia militar" por lo que fueron asesinados por los cárteles de la droga, asegura.